Julián López- Quintana Cámara
“Directivos y entrenadores hacen una estupenda labor”
Fue jugador, capitán, animador y organizador de los primeros partidos de futbol, …, quien alentaba a los compañeros para competir con los de Villarcayo, Espinosa, Trespaderne,…, bien preparando viajes en camión a las localidades vecinas, colocando y retirando las porterías en el campo de San Andrés,… Estas vivencias le son de feliz recuerdo. Quienes con él compartieron aquel tiempo, le señalan como el mejor futbolista de los años 40. Asus 95 años sonríe al explicarnos sus especialidad;
“era la tijera que aprendí del central blanco Quíncoces, en San Mamés”. Me salía con frecuencia. Hoy más de uno recuerda “las tijeras de Juli”.
Julián mantiene la ilusión fútbolistica de aquél tiempo. Es frecuente verlo en los partidos, paseando por el entorno del rectángulo Jesús María Pereda. Su puesto era de lateral izquierdo y en esta demarcación lo hizo en los primeros equipos, Olimpic y Rayo. Es este último después de la guerra. El balón -añade- lo comprábamos os jugadores.
Cada uno aportábamos una peseta. En otra ocasión y en compañía de Eduardo Adrados adquirieron las camisetas, de color blanco, del Real Madrid. Estábamos enamorados del club de Chamartín, manifestó.
A consultarle por los entrenadores, Juli no conoció a ninguno. Yo mismo hacía de capitán y de entrenador. Recuerda que estando en Trespaderne le vino a ver un directivo del Barakaldo, preguntándole si quería probarse con este club vizcaíno. Le dijo que bueno. Y ahí quedó la cosa. Transcurrido el tiempo, no se volvieron a interesar.
Juli fue un admirador de Alfredo Di Stefano. Lo vi jugar en San Mamés y me maravilló. Se metía con el balón hasta la propia portería. Corría en todos los sentidos y hacía que jugara el equipo. Nos encantaba verles jugar y a la Saeta Rubia sobremanera.
Recuerda los viajes que hacían en camión para ir a jugar a Villarcayo, Espinosa de los Monteros, Oña, Trespaderne,… Nos llevaba David Temiño y Mariano Rubio. Cada vez que tomaban una curva, íbamos de una cartola a otra. Aquí nos vestíamos en la carbonera de Efrain.
También sonríe al comentar aquellos partidos entre el Villarcayo y el Rayo medinés. En uno de ellos íbamos empate a cero y nuestro portero – Urrutia- paró un penalti a un jugador villarcayés. A renglón seguido se armo la trifulca, suspendiéndores el partido.
Señala que el fútbol actual es totalmente distinto a su tiempo. No se parece en nada. La directiva y entrenadores vienen haciendo una formidable labor, tanto en las instalaciones como con los jugadores de los distintos equipos.