Julio López Rubio

Es otro de los pilares del fútbol medinés. Empezó a practicarlo en el colegio Maristas burgalés durante su etapa de estudiante. Entonces si que había afición – añadió- en cada partido nos jugábamos el postre, la merienda y competíamos con los alumnos del colegio de Logroño.

Entonces contaba 11 ó 12 años y destacaba. Aquí jugó en el Rayo, con Juli, Manolín,… y lo hacía en vacaciones estivales, aunque no mucho, “enseguida abandoné”, señalo. La hoja literaria, informativa y de lucha, “ Alcázar Medines”, editada por el Frente de Juventudes, le señalaba de fácil regate y de fuerte pegada al cuero.

Vino a Medina de Pomar al dejar los estudios y apunta que personalmente no tenía mucha afición. De haber continuado en el colegio, hubiera seguido jugando al futbol. Aquí se vestían en casa y no utilizaban botas, quien las tenía – añadió- era algún pudiente. El terreno de juega era el campo de San Andrés, donde había un poste de luz que salvaban en cada lance del juego. A Medina – prosiguió- venía a jugar un chico de Bilbao, “era muy bueno”.

Señala que entonces había afición y se hacía sacrificio para ir a jugar. Algún compañero venía después de las labores del campo y cuando íbamos a jugar a Villarcayo “lo hacíamos andando y regresábamos de igual modo al término del partido”. Con nosotros – precisó- los aficionados que nos acompañaban. Teníamos la rivalidad y cada partido se significaba también por los líos.

Recién cumplido los 87, hoy es más taurino que futbolista. Tanto es así que el único partido que ha visto en directo fue un Atletic . Real Madrid, en San Mamés, en su época juvenil, donde se desplazó con varios compañeros. Recuerda que Eduardo Adúriz portaba una pancarta que decía: “La peña Pedales saluda al Real Madrid. ¡ Ala Madrid !”.